Cosa de dos.

    La colaboración forma parte de la vida, el ayudarnos los unos a los otros, parece esto un pasaje bíblico o el típico discurso religioso ético o moralmente aceptado por la sociedad. Lo cierto es que aunque es una visión utópica de la realidad me gusta y me hace sentir bien pensar que es una afirmación correcta y la que me enorgullece creer. Se que para muchos la soledad es su modus operandi, una forma predilecta de vida que incluso yo mismo compartí y aún sigo compartiendo a veces ya que lo cierto es que reflexiono mucho acerca de ello, pues en algunos días en los que me siento bien o mal, es indiferente, siento la necesidad de estar solo, pero hasta cierto límite, ya que es un arma de doble filo realmente peligrosa que puede llegar a consumirte. Me gusta disfrutar de la soledad pero disfruto aún más de la buena compañía y del trabajo en equipo, por eso quería dedicarle unas palabras a lo que he sentido jugando a una de las mejores experiencias que he podido tener en este mundillo de los videojuegos como es It Takes Two.


    Descubrí este juego por Eurogamer y desde un inicio mi sensación ante el mismo fue de indiferencia, de hecho jamás habría pensado que hubiese ganado el premio a juego del año por The Game Awards, me parecía incluso exagerado. Así que se lo comente a mi pareja y por la curiosidad de vivir la experiencia y disfrutar del juego con ella, a finales de enero lo compré y nos dispusimos a jugar. Mi sorpresa ha sido tremenda ya que estoy seguro de que es la mejor experiencia cooperativa que he tenido nunca; It Takes Two consigue forjar un lazo entre los dos jugadores especialmente magnético, pues poniéndonos en los pequeños zapatitos de May y Cody viviremos una encantadora historia de pareja y familia en la que nuestros protagonistas tendrán una aventura de cooperación, que nos llevará desde el inminente divorcio al reencuentro del amor reviviendo y reedescubriendo todo aquello que les unía y que les hizo enamorarse.

    La magia de It Takes Two reside en su originalidad, el como reinventa la rueda una y otra y otra vez, las mecánicas son básicas, un salto doble, un botón para agacharse y otro para la esquiva. Un L1 para activar un gancho esencial en secciones de plataformeo y los más importantes, unos gatillos que cambiarán a lo largo de toda la aventura con un sinfín de innovadores mecánicas, pues si tuviese que definir este juego en dos palabras sería algo como "pura mecánica". It Takes Two puede llevarnos de la mano a experimentar una sección de plataformas en las que nuestros personajes tendrán unos clavos y un martillo para su movilidad, una sección de "atracción" en la que llevaremos unos imanes, o una sección de combate en la que el juego tirará todo por la borda y se convertirá en un "Diablo" al uso con mecánicas de magia y habilidades definitivas cargadas por barras de energía.



    La colaboración es clave, el sentir que nuestro compañero o compañera depende de nosotros y nosotros de ellos es una sensación única en este juego, mención especial hago al "Doctor Hakim" interpretado por el mismo director del juego Joseph Fares que tantas risas me ha ocasionado, un personaje que se presenta como el libro del amor y que pretende volver a encauzar esta relación rota para que vuelva a reflotar con un nuevo futuro, una ardua tarea pero que con mucha carisma se propondrá cumplir. It Takes Two hace una cosa muy buena y es incentivar la comunicación entre los dos jugadores, el comprender nuestros puntos débiles y aprovechar los fuertes, el respetar el tiempo de cada uno y valorar la paciencia. En mi caso, mi sensación ante peleas contra jefes finales del juego era que para situaciones en las que se requería una respuesta rápida o más control del escenario, a mi se me daba mejor que a mi pareja, pero en situaciones en las que se requería la lógica, la memoria o la resolución de un puzzle más clásico, mi pareja me llevaba la delantera. Por eso me gusta lo que propone, pues nos hace exprimirnos como jugadores y respetarnos ante nuestra debilidades. El apoyo entre los dos es fundamental, en numerosas ocasiones nos encontraremos la situación de tener que compenetrarnos para acabar con un jefe, ya que la mayoría de veces se necesita de una acción previa de parte de uno de los dos para que el otro pueda rematarla, es decir, puede que yo tenga que activar algo o preparar el terreno para que mi pareja pueda concluir el ataque o la resolución del puzzle.


    No quiero hablar mucho de las sorpresas del juego porque es sensacional, es una continua sorpresa tras sorpresa, desde clones y conducir arañas hasta referencias a Tekken, un rebosante sin fin de ideas. Otro de los puntos distintivos de este juego es su exploración por los escenarios, es muy orgánica y natural. Nos encantará investigar cada rincón y trastear con los elementos interactivos que hay en cada caso, no por tener o conseguir un trofeo sino por la curiosidad que todo ello despierta en nosotros. Existen referencias no solo a anteriores juegos del estudio como A Way Out sino a también a Mario Kart con su pista arcoíris. Estos easter eggs se combinan con una serie de minijuegos que, una vez descubiertos, tendremos disponibles en el menú principal. Lo curioso de estos minijuegos es que abandonamos el aura cooperativa del título para sustituirla por un carácter competitivo en el que jugaremos a ajedrez, tira y afloja, carreras por hielo y muchos otros.

    It Takes Two es un videojuego en estado puro, una retahíla mecánica equilibrada y sorprendente en todo momento que no deja de aportar nuevos escenarios pintones, enemigos, aliados, poderes diversos para Cody y May y una historia que trata temas para nada recurrentes en la industria del videojuego. Sin duda para mi, y agradezco equivocarme, el mejor juego que probé del año 2021. Obra imprescindible para todo el que quiera disfrutar de la experiencia cooperativa y que sin duda dejará huella en todo aquel que lo juegue. Muchas gracias por leerme y ojalá le deis una oportunidad!

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