Hablemos del Club de la Lucha. (Spoilers)
El club de la lucha es una película de 1999 dirigida por David Fincher, siendo protagonizada Edward Norton y Brad Pitt. Para mi sorpresa, puesto que antes de verla no tenía ni idea se trata de una adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Chuck Palahniuk publicada en 1996. A día de hoy la película está considerada como de culto y basa su fama en la reflexión y análisis de la sociedad de consumo impuesta por el capitalismo mas férreo, además de una visualización en primera persona acerca de como sería llevar la masculinidad a sus extremos más tóxicos.
La película trata acerca de cómo el "Narrador", pues nunca sabemos su nombre, vive una constante y decadente vida basada en el consumismo para rellenar el vacío que experimenta, provocándole insomnio. Nuestro protagonista asiste al médico y su respuesta es que asista a reuniones de apoyo para que vea el verdadero sufrimiento, el narrador accede y comienza a volverse adicto a oír las desgracias de los demás pues de esta forma puede volver a conciliar el sueño. Todo funciona bien pero en el momento en el que aparece una mujer llamada Marla quien lleva a cabo su mismo plan, toda su paz desaparece pues ella refleja la misma mentira de él. Al volver de un viaje de trabajo nuestro protagonista conoce a Tyler Durden, interpretado por Brad Pitt quien se presenta como un elaborador de jabones con una filosofía de vida un tanto peculiar pero de igual forma atrayente, con quien desarrollará una extraña amistad creando juntos el Club de la lucha.
Esta película es una cinta de personajes, el Narrador representa al mundo consumido por el sistema, su trabajo y la soledad, perdiendo la cabeza crea una versión aparentemente mejor de sí mismo que es representada por Tyler Durden quien refleja al hombre de noche, quien no se esconde en despreciar el sistema social, político y económico del país; en su mente la vuelta a un mundo más arcaico asociado a la libertad del hombre se da en la violencia, la resolución de la mayoría de problemas y la búsqueda de la paz la encuentra en esta violencia cruda y viril que es representada por el Club de la lucha.
Me gusta mucho que la película te plantee al narrador como alguien confundido y que con su visión nos confunda a nosotros también, puesto que el personaje está enloquecido por el insomnio y solo vemos lo que muestra a través de sus ojos que precisamente no tiene porque ser la realidad expuesta, y el propio Tyler nos hace creer en ello, ya que además en la elaboración de su plan de caos ni siquiera incluye a su amigo el Narrador. El inicio de la película comienza con una técnica literaria usualmente utilizada como es el in medias res que viene a significar del latín algo así como en la mitad de las cosas. La película comienza por el final y con una narración en off consigue que nos mantengamos atentos a la consecución de hechos para llegar a ese momento en el que el protagonista tiene una 9 milímetros apuntándole en la boca.
Me encanta cómo trata a la sociedad de consumo en esta película puesto que se expone con una naturalidad que es inevitable de obviar ya que es la realidad que viven a día de hoy muchas personas. Actualmente nuestro sistema económico se encarga de poner al alcance todo tipo de productos y bienes de consumo, desde simple alimento hasta una bicicleta estática. Y realmente el consumo es necesario para nuestro día a día pero el problema aparece cuando una actividad normal se convierte en patológica e intentamos llenar nuestro vacío con constantes compras de cosas que realmente no necesitamos, podríamos decir que definir esto como consumo sería erróneo, ahora deberíamos llamarlo por su verdadero nombre, consumismo. En el caso del Narrador llega hasta el punto de considerar que lo que le da sentido a toda su vida son sus bienes materiales: una mesa con madera excelente, un frigorífico caro, una cafetera o incluso ropa interior Calvin Klein. Para él no existe nada más, pero sin saberlo no es feliz y desearía morir en cualquier momento; en el vuelo en el que "conoce" a Tyler Durden piensa que si el avión se estrellase en ese preciso instante tampoco le importaría absolutamente nada.
La conversión del Narrador está super bien tratada, Tyler Durden se presenta como la antítesis perfecta del Narrador y poco a poco este comienza a adaptarse a una nueva vida cortando con los nexos que aun mantiene con el mundo de fuera. Deja de ver la televisión abandonando la influencia de la publicidad en él, deja atrás su cuidado físico asistiendo al trabajo lleno de sangre y porquería, adelgaza cada vez más y su estado mental deteriora en un grado mayor, pero aun así comprende que es más feliz que nunca. El Narrador se termina convirtiendo en todo lo que para él representaba Tyler. Alguien valiente e impulsivo que no teme en destruir el sistema.
El club de la lucha que nuestra pareja protagonista inaugura surge para representar el sentimiento de estar vivo, de una forma tan pasajera consigue que estos hombres abandonados por sí mismos que no encuentran salida, se conviertan en adictos a la pelea sin importar quien gane o pierda sino con la intención de experimentar la sensación de adrenalina, poder sobre otra persona o simple dolor en busca de de hallar libertad. La estética de la película se suma al conjunto con contraposiciones de la antigua vida del Narrador, con lugares blancos, ordenados, luminosos y limpios en oposición a la suciedad de la casa de Tyler en ruinas, inundada, desordenada, oscura y aparentemente incómoda además del desván del Club de la lucha lleno su suelo de sangre, sudor y lágrimas, nunca mejor dicho.
En definitiva el Club de la Lucha es una película que recomiendo en su totalidad, la forma en la que está contada, el reflejo de la sociedad de consumo y esa masculinidad elevada a sus límites forman un conjunto super interesante de ver con una interpretación fantástica como es común por parte de Brad Pitt y Edward Norton. Gracias por leerme de nuevo, nos vemos el próximo día.
Pedro Antonio González Orellana. @pedroskyrim7.
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