¿Existe el mundo abierto perfecto?
A día de hoy, a quien no le ha llamado la atención un mundo abierto, es decir, tener la posibilidad de perderse por universos de fantasía, ciencia ficción o incluso mundos que reflejan una realidad histórico-cultural en la que nosotros podemos explorar y ser participes de su mundo. Todo el que me conozca sabe lo mucho que me encantan este tipo de juegos y ahora más que nunca ante la imposibilidad de viajar a ningún parte me entusiasma bastante la idea de transportarme a una representación de la Inglaterra del siglo IX o quizás a una futura Londres post-Brexit en su otro extremo.
Descubrí este tipo de juegos con la llegada de Gran Theft Auto San Andreas a Playstation 2 que venía a desarrollar ampliamente esta idea con la implementación de no solo misiones secundarias sino de lugares que provocarían efectos temporales en nosotros. Si en el mundo real te comes una hamburguesa de... (inserte franquicia de comida rápida) en el mejor de los casos simplemente engordarás, pero si vas al gimnasio o haces deporte en general hablando de ello muy simplemente por supuesto, conseguirás adelgazar e incluso tonificar tu cuerpo. Este tipo de actividades del día a día aparecen en esta entrega de la saga GTA y consiguieron en pleno año 2004 revolucionar lo que hasta ese momento era el género del sandbox. El género en los años venideros siguió evolucionando, aparecen otros muchos juegos que consiguen sentar cátedra a como desarrollar este tipo de mundos y poco a poco se establece una especie de esquema por la que se rigen estos juegos llegando incluso al desgaste del mismo, puesto que la variedad y diferencias entre ellos cada vez es menor e incluso llegamos a ver franquicias tradicionalmente encerradas en su género que deciden saltar a abrir sus puertas ante la exploración del mundo abierto como en el notorio caso de Metal Gear Solid que con su quinta entrega se atrevió a ampliar la frontera de sus mapas de una forma no demasiado buena desde mi punto de vista ya que nos entrega una selección de mapas desérticos muy amplios pero en los que la naturaleza y biodiversidad es inexistente sumado a un contenido de relleno basado en los mas que típicos campamentos y misiones secundarias genéricas. Para mí es más importante la diversidad y el contenido que el propio tamaño del mismo puesto que si no tiene nada que ofrecer ¿para que lo queremos? Incluso puede ser negativo para él mismo, ya que el viaje sin nada que hacer puede llegar a ser aburrido.
¿Y cuál es el mundo abierto perfecto? Sencillamente no existe, pero sí que existen varios casos mundialmente reconocidos que para mi consiguen desarrollar y exponer este género a un nivel amplísimo a pesar de las limitaciones y necesidades de sus mundos puesto estos deben estar ligados de manera firme a su mecánica jugable y narrativa. The Legend Of Zelda Breath Of The Wild es otro de los ejemplos de franquicias que saltan al mundo abierto, pero la licencia de Nintendo en esta entrega de Switch marca un antes y un después en la forma en la que se organiza el mundo, ahora más que nunca cada vez que vemos en cualquier producto esos prados verdes y esas montañas que se pierden en la niebla del horizonte pensamos automáticamente en Breath Of The Wild. La forma en la que conecta todos estos lugares míticos de Hyrule es sublime y la necesidad que te crea el juego de encontrar todos sus secretos es remarcable. El juego está construido de tal forma que tras jugar 20 minutos solo tienes un objetivo, derrotar a Ganon, como siempre, solo que el camino para hacerlo lo marcas tu, puedes limitarte a ir directamente por el jefe final a la media hora de juego, que lo consigas es otra cosa. Puedes perderte por todos sus biomas, haciendo sus misiones tan interesantes que te provocan la necesidad de comprender mas de su mundo, la ausencia de marcadores en el mapa es constante puesto que de hecho los debes poner tu, pero sin extenderme mucho más si tuviese que definir este juego de una forma rápida sería como bastago de la curiosidad. Constantemente consigue que te preguntes que será lo que habrá al otro lado de la montaña, al fondo de una cueva o en las ruinas que has encontrado en el desierto; el juego se beneficia de las físicas de la naturaleza y como trabaja los elementos, incluso las mazmorras que suelen tener un camino marcado pueden ser resueltas si nuestra curiosidad está acentuada ese día.
Finalmente el mundo de Red Dead Redemption II es para mi el último ejemplo de mundo abierto transgresor que hemos tenido, el juego de Rockstar presenta el lejano oeste de la forma mas artesana y natural posible, es un juego de interacción en el que literalmente podemos hablarle a cualquier NPC; por artesano me refiero a que es un juego que está construido a mano y con un nivel de detalle que no he visto jamás, si quieres contribuir a la mejora del campamento con caza tendrás que salir con tu arco o rifle, buscas a tu presa y una vez la tengas, tendrás que despellejarla manualmente y cargarla en tu caballo hasta depositarla en el campamento. Los minijuegos están presentes, con el póquer y juegos del cuchillo como plato principal, además de las numerosas tiendas en las que podremos comprar desde ropa hasta zanahorias para nuestro caballo. Las misiones secundarias que a priori son irrelevantes ayudan a la evolución de Arthur y a comprender su rol en el título además de por supuesto contar con coleccionables para los más completistas. Pero donde de verdad destaca es en los eventos aleatorios, el cabalgar por un camino y que una banda me tienda una trampa, sentarte en la fogata con alguien a la luz de la luna para que te cuente una historia o simplemente ayudar a extraer el veneno de una serpiente en la pierna de alguien. La forma en la que se construye el mundo que constantemente nos sorprende por su naturalidad y físicas forman un conjunto imborrable para mí, acompañado de estos eventos además de lugares que explorar que se suman al conjunto aportando la curiosidad que podría regalar ese Breath Of The Wild.
Sin más este ha sido un repaso por algunos de mis mundos abiertos favoritos de la actualidad en la que he tenido que olvidar numerosos títulos que de igual forma considero excelentes respecto a la cuestión que aquí he decidido abordar. Gracias por leerme y espero que os haya gustado.
Pedro Antonio González Orellana. @pedroskyrim7
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